Si alguien se ofende por esta entrada, pido disculpas

Pedir perdón parece fácil, pero puede resultar muy difícil. Vamos a tomar un ejemplo cualquiera: Un futbolista hace una exaltación machista tan vergonzante que pone difícil hasta decidir por dónde empezar a criticarla y luego, al ver la que se ha montado, se disculpa torciteramente.

Si no les gusta este ejemplo, tengo más: Cristina Cifuentes, por ejemplo, pide perdón si alguien se ha sentido ofendido. Si son de otra cuerda política, también pueden encontrar a gente del PSOE usando expresiones similares. Aunque igual lo mejor es que busquen en google “si alguien se ha sentido ofendido” y se queden con el ejemplo que sea más de su (des)agrado.

¿Lo tienen? Seguimos. Esta fórmula magistral ejemplifica la Forma Estándar de Pedir Perdón, y es una magnífica manera de pedir disculpas dejando claro que, en realidad, la culpa es sobre todo de quien se ofende. Lejos de cansar, resulta muy útil porque viene en un único sabor y se puede utilizar en cualquier situación, como la colonia Nenuco. Apréndanla bien y, a poco esfuerzo que dediquen, la podrán aplicar antes de acabar esta misma semana. Para mayor comodidad pueden usar la siguiente plantilla:

Si alguien se ha sentido ofendido por mis [palabras/actos/pensamientos/genocidios], pido disculpas. No era mi intención que nadie se sintiera ofendido.

¿Lo ven? Alguien que mire/escuche desde lejos puede pensar que han pedido perdón, pero en realidad, con esta sencilla maniobra, se logra el milagro de pedir perdón sin hacerlo en ningún momento. Triste, pero inevitable. A fin de cuentas, no hay modo de saber qué consecuencias insólitas pueden ejercer tus actos sobre la vida o los sentimientos de otras personas ¿verdad?. Vivimos en un universo complejo, y no somos máquinas. ¿Acaso esperan que podamos predecir cuándo alguien se va a cansar de ser insultado?

Pero si tantas son las ventajas1 ¿por qué es errónea esta fórmula? Desde esta humilde palestra reconocemos al menos tres motivos que la hacen poco deseable:

  1. Se emite como respuesta a una crítica externa, y no a una reflexión interior.
  2. No se hace una crítica a la conducta, sino a las consecuencias de la misma, que se plantean como imprevisibles (cuando en general no lo son).
  3. No propugna ningún tipo de reparación o, peor aún, de aprendizaje.

A poco que lo piensen, es evidente que pedir perdón es algo a lo que nos acostumbramos desde nuestra más tierna infancia. Cometes un error, pides perdón, normalmente te lo aceptan y todo sigue su curso, hasta la próxima cagada. A veces el error es demasiado gordo o el perdón es inaceptable y las consecuencias son mayores, como un divorcio, el comienzo de una guerra civil o una película de Tarantino, pero no es lo normal. Lo habitual es que hayas aprendido algo sobre los demás y sobre tu propia persona. Todo eso de aprender de los errores.

Pero en esta era de la posverdad que vivimos en la que todo es cierto y falso, cual falacia de Schrödinger, el perdón difuso triunfa. No te disculpas por haber hecho algo mal, sino que te disculpas “si alguien se ha sentido ofendido”. Entendámoslo: no existe en esas palabras una crítica a la actuación, sino a sus consecuencias. Igualmente podríamos disculparnos así: Lamento que tengas la piel tan fina, sensible de mierda, como para no poder apreciar mi chiste de mal gusto. Esta nueva forma de pedir perdón trasciende el bien y el mal.

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“Si alguien se ha sentido ofendido por mis actos, pido perdón. Larga y próspera vida”.

Para que el perdón sirva para algo debería ser la fase final de un ejercicio de reflexión que te ha llevado a la conclusión de que tu actuación fue errónea, y debería incluir un compromiso a evitar ese comportamiento en el futuro. Lo demás no es pedir perdón, es mostrar condolencias –o fingir empatía– por el malestar ajeno. Son cosas que están bien, pero no son lo mismo, sobre todo si vienen de parte de la persona que ha causado el daño2.

La principal diferencia entre pedir perdón y la mera disculpa es que cuando se pide perdón te arrepientes de haber hecho lo que hayas hecho; en cambio, al pedir disculpas, lamentas el daño pero, en similares circunstancias, volverías a hacer lo mismo.

¿Hay alguna forma de pedir perdón bien? No hay una fórmula universal, pero desde aquí se defiende que una petición correcta (y efectiva) de perdón debería incluir unos requisitos mínimos:

  1. Reconocimiento de que se ha hecho algo incorrecto.
  2. Definir la naturaleza de ese comportamiento incorrecto.
  3. Asumir las consecuencias e intentar repararlas.
  4. Mostrar voluntad de no reiterar dicho comportamiento.
  5. Pedir expresamente perdón, y no con indirectas.

Asumámoslo: si no has hecho nada incorrecto no deberías pedir perdón. Disculparte por un acto correcto no es pedir perdón, es ofrecer sumisión. Si no sabes qué has hecho mal, en qué consiste tu error, tampoco tiene mucho sentido disculparse. Por eso la gente que no sabe qué ha hecho pero se disculpa igualmente resulta tan odiosa.

Si crees que te has equivocado y sabes en qué, el siguiente punto es repararlo o asumir las consecuencias. Pedir perdón es parte de este proceso: es una reparación simbólica, pero nuestra vida social es básicamente una larga concatenación de simbolismos. En último lugar, tu credibilidad será más alta si muestras una firme determinación de no volver a cometer el mismo error. Calma: hay otros muchos errores que pueden probar. Es una de las mejores cosas de este universo.

¿Se les ocurre una disculpa que cumpla todos estos criterios? Yo no recuerdo ninguna, pero podemos detenernos un instante en analizar una sorprendentemente interesante. Reza así:

“Lo siento. Me he equivocado. No volverá a ocurrir”

Imposible recordar quién lo dijo. Por dotar al asunto de un contexto, y a efectos narrativos, imaginemos que esta petición de perdón se hubiera emitido tras una fallida excursión con rifles a algún país que puede (o no) ser africano en el que se cace (o no) algún tipo de paquidermo de alta inteligencia y en riesgo de extinción.

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“Creo que aún es demasiado pronto para perdonar…”

La disculpa presentada, a pesar de su brevedad, muestra elementos positivos. El rey emérito la persona que pide perdón asume que ha cometido un error (punto 1) y expresa su voluntad de no volver a hacerlo (punto 4). Le faltaría definir exactamente cuál es la conducta por la que se disculpa (punto 2) y realizar algún tipo de reparación (punto 3). Tampoco sobraría una formulación de perdón explícita (punto 5), dado que “lo siento” es un formulismo con varios significados. Aun con sus defectos, resulta una disculpa bastante campechana, la verdad.

A pesar de no ser perfecta, vean cuánto mejora comparada con la posible disculpa estándar para este caso completamente ficticio:

“Si alguien se ha sentido ofendido por mi viaje a Botsuana pido perdón. No era mi intención ofender a nadie, ya sea persona o elefante.”

Por el contrario, podemos compararla con un modelo idóneo de petición de perdón, según lo apuntado antes:

“Lo siento. Pido perdón por haberme ido de vacaciones a Botsuana a matar a animales indefensos y que como resultado de esta actividad haya incurrido en gravosas consecuencias. Me he equivocado. No volveré a cazar más, me haré vegetariano y para que veáis que voy en serio quiero invitar a comer a todo el mundo en la Zarzuela este fin de semana. Ta to pago. Siento unas terribles ganas de abdicar. No volverá a ocurrir. Casi seguro.”

En cualquier caso, yo sigo sin poder perdonar a alguien que cace elefantes, pero seguramente sea por mi naturaleza rencorosa.

Por supuesto, este análisis quedaría cojo sin considerar la variable cultural3. La tradición de perdón europea está claramente mediada por el influjo religioso de la cultura judeocristiana y su concepto de culpa. Otros contextos culturales podrían considerar prioritarios otros elementos completamente distintos. Es algo a tener en cuenta cuando metan la pata en entornos interculturales. Pero eso será materia para otra ocasión.


  1. Porque no he mostrado ningún grado de ironía, faltaría más ↩︎
  2. Es como si Hitler lamentara mucho si algún judío se ha sentido ofendido porque utilizara su organismo para hacer jabón. ↩︎
  3. No soy ajeno al hecho de que las condiciones del perdón perfecto que he esquematizado presenta una clara influencia judeocristiana (aunque hay iglesias cristianas que ven eso de pedir perdón de otra manera) ↩︎

11 comentarios

  1. «las consecuencias son mayores, como un divorcio, el comienzo de una guerra civil o una película de Tarantino»… ¿o una película de Tarantino? Hemos tenido nuestras diferencias, pero nunca creí que pudiéramos llegar a este punto. ¡Nunca te lo perdonaré, Carme… Damieta! Y eso que no soy fan de Tarantino. 😉

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    • Lo de Tarantino lo digo por “Kill Bill”, melón. Son dos películas sobre una venganza que (SPOILER) se podría haber arreglado pidiendo educadamente perdón. Pero, vamos, que si tú o alguien se ha sentido ofendido pido disculpas… XDDD

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  2. En España, a penas se pide perdón. Si alguien hace algo incorrecto y es recriminado por ello, la respuesta es sentirse ofendido y enfadarse. Pedir perdón se ve como un signo de humillación porque se reconoce que el otro tiene razón. En Japón, se pide perdón de manera continua. Si hay algún pequeño conflicto, enseguida se soluciona con unas palabras de disculpa y una reverencia. Yo he aprendido a pedir perdón en este país y creo que es algo bueno. Que lo sientas o no, es otra cuestión, para mí. Por supuesto, los ladrones, delincuentes y políticos que han cometido una falta no se libran de una condena por mucho sumimasen (perdón) que digan! 😓

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    • Mira, precisamente al escribir el último párrafo, aludiendo al componente cultural del perdón, pensaba entre otros sitios en Japón (y en tu blog, por extensión).

      El “perdón” del que hablo en la entrada creo que es muy europeo y muy individualista, muy ligado a la tradición judeocristiana y, como dices, se puede percibir como humillante y ha acabado convirtiéndose en algo indeseable. Luego hay otro “perdón” mucho más social, de gran importancia en la resolución de conflictos, pero no estoy seguro de que se trate exactamente de lo mismo. Desde luego, se han quedado cosas en el tintero. Bueno, para otra semana… 😄😄😄

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