(Se recomienda leer esta entrada escuchando «Born to be wild»)
Esta mañana vi mi oportunidad cuando en el Boletín Oficial del Principado de Asturias salió el anuncio de una plaza interina para clarinetista. Luego, claro, me acordé de que no sé tocar el clarinete y que mis dotes musicales se reducen a cantar (mal) en la ducha y a torturar instrumentos con distintos grados de refinamiento, así que se me pasó la inflamación de la ilusión. Como vino se fue.
Pero me quedó un pequeño sarpullido. Ay, la elegancia del clarinete. No sé, quizás debiera reinventarme profesionalmente, como te mandan los gurús, los coaches (de choque) y la sección de autoayuda de El Corte Inglés. Al fin y al cabo, lo importante es la ilusión, como te dice Disney. Creer en ti mismo, como te dice Mr. Wonderful. Trabajar duro por tus sueños, como te dice Michael Jordan. Desearlo con mucha fuerza, como te dice Coelho. Al final la gente es desgraciada porque elige serlo, como te dicen en la cola de la frutería.
Así que empecé a buscar clarinetes de segunda mano en la güeb. La cosa empezó regulera, porque si pones «clarinete» en cualquier buscador de internete acabas encontrando resultados relacionados con el porno con mayor facilidad de lo que sería razonable. Mejor no lo intenten. En realidad, esto se aplica a cualquier búsqueda que hagas en la red de redes, ese lugar donde siempre estás a un máximo de dos clics del porno1.
Azorado, probé suerte en wallapop. El primer resultado era un clarinete de 2900€. Qué es eso para mi capacidad financiera; para qué buscar más. Además, en la misma página vendían un método completo para aprender a tocarlo por sólo 20€, así que podía dominar el instrumento por solo 2920€. Regalado, sale a cuenta. Pagué más por hacer un máster y ya ni recuerdo su título si no lo busco en mi currículum. Me encontraba buscando la cartera para recordar los datos de mi tarjeta de crédito cuando me acordé de que para comprar en wallapop tienes que chatear con gente, y me entró pereza.

Que no cunda el pánico. Amazon. En Amazon venden clarinetes desde 75€ y unicornios por 5,99€. Con lo que me ahorraba podía comprarme, qué se yo, drogas u otro máster que mejorase mi empleabilidad2. El problema es que se trataba de un clarinete para estudiantes, y ya habíamos quedado que con el Método Completo para Dominar el Clarinete «Klosé» que había visto en Wallapop me iba a convertir en un genio del instrumento en cuatro días, así que me entraron las dudas. Además, si quería aprobar la prueba de clarinetista coprincipal, no podía presentarme con un clarinete de estudiante. Quedaría en ridículo.
«Es tu futuro de lo que estamos hablando», me pareció que me susurraba al oído una representación mental de Paulo Coelho. Tocar el clarinete es tu sueño, por lo menos, desde que viste esa entrada en el Boletín Oficial. No vamos a tirar por la borda tu sueño de los últimos doce minutos por unos cochinos euros. Piensa en el universo.

Así que me preparé un café cargado y me dispuse a chatear con el vendedor del clarinete de wallapop. A ver si acepta cambiarlo por una Pleiesteision buena, con el Dark Souls pasado.
Le digo «ola k ase», para aparentar que estoy en la onda. Puede que fuera un error. Probablemente si piensas que «estar en la onda» es una expresión moderna es que no estés en la onda. Quizás debería haber posteado algo en Instagram, una foto de un gatete o mi sombra recortada contra el atardecer, y pasarle el enlace, para dar apariencia de persona seria, pero dinámica y moderna.
Me responde. Me ha escrito una frase extraña ¿Qué está insinuando? Hace un comentario extremadamente inapropiado y poco comercial. ¿De qué va este tipo?

Pienso en corregir la confusión, pero ya es tarde. No lee, o no escucha. Me ha enviado una foto de un clarinete que no me interesa en absoluto. Así que le respondo con una foto del método «Klose» para dominar el instrumento, y santas pascuas. Cierro la aplicación mientras me repito que da igual lo que hagas, en internet siempre estás a dos clics del porno.
Ya está bien de realizar más transaciones comerciales por hoy. Me seguiré leyendo el BOPA, a lo salvaje. Allí es más improbable encontrarte con sorpresas desagradables.
- Hace unos años hubiera recibido la noticia con entusiasmo, y es posible que me hubiese distraído de mi carrera de clarinetista, pero ahora lo veo con desazón. Preferiría que el porno estuviese a más clics de distancia, o incluso a más klicks. ↩︎
- Las drogas también pueden mejorar tu empleabilidad, si sabes a quién dárselas ↩︎