El disco Back in Black tiene cuarenta y un años, lo cual no está bien.
Podría aceptar que tuviese veinte años. Pero que el icónico álbum de los AC/DC1 haya envejecido tanto y tan rápido no está, lo mires como lo mires, bien. Lo mejor es que adoptemos el acuerdo de que todo lo que pasó en 1980 o antes ocurrió hace veinte años y así nadie se hará daño.
Aunque no se puede negar que los años pesan. No tanto como a Malcolm Young, guitarrista del grupo y fallecido en 2017 por demencia senil, pero esos cuarenta y un veinte años se notan en cada estrofa. Y, no nos engañemos, no creo que AC/DC vaya a recibir muchos premios por el feminismo de sus letras o por sus puestas en escena.
Pero (es posible que me pueda la nostalgia) más allá de alguna salida de tiesto manifiestamente censurable2 sus letras pueden encuadrarse con más facilidad en el terreno de la gamberrada y el chiste zafio que en otros lugares más oscuros.

En el peor de los casos, tendré que reconocer a AC/DC como un placer culpable. No puedo evitar verlos como esos garrulos entrañables que todos conocemos, que siempre hacen el chiste inadecuado y te hacen quedar mal en cualquier sitio, pero te lo pasas tan bien con ellos dando cabezazos y caminando como un pato al ritmo de una guitarra aérea que te acaban cayendo bien casi sin darte cuenta.
Además, son mis contradicciones y me abrazo a ellas. Conozco a gente tan feminista como yo o más que adoran The Notebook (El Diario de Noah, por estos lares), aunque reconocen que la historia muestra una relación tóxica y, mira, que lo mismo da y que la van a volver a ver con el paquete de kleenex y una palmera de chocolate, el equivalente patrio del medio litro de Ben & Jerries. Bueno, pues eso. Que yo me voy a poner You shook me all night long otra vez, porque Los Simpsons ya nos advirtieron de que el verdadero peligro está en la samba.
You shook me all night long
Pero un momento. Detengan esa cabeza. Lo cierto es que You shook me all night long no lo hace tan mal. Bueno, a ver, a nivel puramente musical no se puede hacer mucho mejor: Entrada con guitarra eléctrica suave, guitarra dura, power chords, más guitarra, un solo de guitarra y acabamos con… bueno, la guitarra. Hay días que soy de gustos sencillos.
Lo sorprendente es que la letra sostiene con holgura un análisis crítico.
Espero que se me entienda, tampoco es que sea un poema de Lorca. Está construida a base de pareados y podrías cambiar el orden en que se cantan sin que la estructura total se resintiese, lo cual puede ser bueno o malo, según la manera que tengas de ver el mundo. Y la temática… bueno, es sencilla. Básicamente, se trata de lo que Enrique Iglesias llamaría «una noche loca», entendido por los AC/DC algo así como «me sacudiste toda la noche»3.
Pero lo refrescante de la canción es la perspectiva elegida. Jugando todo el rato con el doble sentido entre el arte de la seducción y el acto sexual en sí, se presenta al hombre como el objeto pasivo de la pasión de una mujer que le supera por todas partes. Es cazado, es utilizado, es exigido. Es follado.

Y lo que es mejor, el retrato del varón se aleja de la típica perspectiva de übermensch, de esa imagen de super macho tan manida en el rock, al tiempo que celebra la iniciativa femenina, sin mostrar necesidad de denigrarla en ningún modo, sino de aplaudirla. Dejando, además, claro que ese aplauso no es necesario, porque ella no está buscando aprobación4. No sé si es feminista, pero se acerca.
Más allá de algún alegato posesivo5, y de la comparación inicial de la mujer con un coche6, la canción muestra una perspectiva femenina empoderante, e incluso diría que la comparación no busca tanto la objetificación como establecer la analogía —habitual— entre un motor y la potencia sexual (de ella).
Pero lo mejor de la canción, y esto sí que es marca de la casa, es lo divertida que resulta. Yo no puedo evitar reírme cada vez que grito en el coche «she told to come but I was already there»7. Porque el sexo bien hecho tiene que ser divertido para todas las partes, y la risa suele ser una buena señal. La idea de un hombre en los años ochenta pidiendo un respiro frente a una mujer desenvuelta, y sintiéndose cómodo en esa situación era, sin duda, un paso en la dirección correcta.
En definitiva, no creo que AC/DC sea la mejor banda de todos los tiempos, ni Angus Young el mejor guitarrista de la historia, y no puede negarse que en cuestiones de igualdad nos dio bastante más cal que arena. Y aún así, me resulta imposible escuchar “You shook me all night long” y no sonreír agitando la cabeza.
- Que significó su regreso a la acción tras el fallecimiento de su cantante Bon Scott ↩︎
- Como la cultura de violación que sacan a paseo en Let me put my love into you ↩︎
- Podemos jugar a traducir el título todo lo que nos apetezca. La traducción más o menos literal sería «me sacudiste toda la noche», pero reconozco que en castellano eso suena un poco a extraterrestre que quiere acabar con el idioma. Estoy dispuesto a aceptar variaciones como «me diste caña toda la noche», pero no creo que pueda hacer muchas más concesiones en este punto ↩︎
- «Wanted no applause, it’s just another course / Made a meal outta me, and come back for more». Algo así como «No quería aplausos, sino tan solo otro plato. Me convirtió en su menú y volvía a por más» ↩︎
- “She is mine, all mine” ↩︎
- “She was a fast machine / she kept her motor clean” ↩︎
- Esto es un doble sentido maravilloso. El verbo «come» se puede traducir como «venir», pero también como «tener un orgasmo». Así que el verso puede entenderse como «Me dijo que viniera, pero yo ya estaba allí» (seducción) o «me dijo que me corriera, pero yo ya lo había hecho» (sexo). Über macho domesticado ↩︎
AC/DC y feminismo. Esta temporada vienes fuerte, eh? 😀
La temática de ACDC puede diferenciarse en tres grupos: 1: «Satanás es mi amigo», 2: «Tengo lo que tengo y lo vas a flipar» y 3 : «WTF?»
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A veces incluso dentro de la misma canción…
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